Steven, su esposa Julia y su hijo de seis años deciden tomarse unas pequeñas vacaciones para visitar a los padres de Julia en la remota isla Savage. Allí se verán atrapados en un conflicto entre las dos familias que habitan la isla: los Young, dispuestos a cualquier cosa para convertir la isla en un centro turístico, y los Savage, un puñado de paletos que han llamado hogar a la isla durante generaciones. Lo que debería haber sido una feliz reunión familiar se convierte en una pesadilla cuando los Savage reclaman al hijo de los recién llegados como compensación por la muerte de su propio hijo, atropellado por los Young. La avaricia y la crueldad se mezclarán en un fin de semana salvaje y terrorífico que Steven y Julia no olvidarán mientras vivan...si es que sobreviven.