Cuando se levanta el telón frente a 70.000 espectadores en el GelreDome de Arnhem, Tina Turner se para en una plataforma alta con una sola pierna: una señal de confianza en sí misma de su posición excepcional, que ya no necesita ser probada con la gira de regreso de 2008 a más tardar. La película, que documenta el evento de una manera brillante tanto sonora como visual, celebra el poder juvenil del rock 'n' roll, el alma y la vida como intérprete en todo momento. El ícono del pop de Tennessee, ahora de 69 años, puede parecer un poco rígido en las caderas junto al cuarteto de sus bailarinas en bikini, pero no menos vital. Y cuando se trata de voz, sigue siendo como solía ser. Para quienes estuvieron allí, la película es un manifiesto de sus propios recuerdos, para todos los demás una prueba asombrosa de que la fecha de vencimiento de ningún artista puede y debe calcularse a partir de su DNI.